Origen: Cocina Mediterránea — Un plato sofisticado que combina la suavidad de la merluza con el sabor intenso de los langostinos y la frescura de una salsa de tomate casera.
La merluza al horno con langostinos en salsa de tomate se prepara colocando filetes de merluza y langostinos frescos en una fuente, cubriéndolos con una salsa elaborada con tomate triturado, ajo, cebolla y hierbas aromáticas, y horneando hasta que estén tiernos y jugosos.
Este plato destaca por su combinación de sabores marinos y la textura delicada del pescado y los langostinos, ideal para acompañar con arroz blanco o patatas al vapor.
Una receta nutritiva, llena de sabor y perfecta para ocasiones especiales o comidas familiares que buscan un toque elegante y saludable.
Tiempo | Personas | Costo por persona |
---|---|---|
45 min | 4 |

Ingredientes
Ingrediente | Cantidad |
---|---|
Lomos de merluza | 4 generosos |
Langostinos | 8 |
Guisantes | 100 g |
Salsa de tomate | 600 ml |
Perejil (opcional) | Al gusto |
Sal | Al gusto |
Preparación
Paso 1
Si compramos la merluza entera, tendremos que limpiarla y preparar los filetes. Si no es una tarea que nos apetezca o se nos dé bien, la mejor opción sería que le pidiéramos a nuestro pescadero que nos la preparase en lomos, o incluso comprarlos ya preparados.
Paso 2
En una fuente apta para horno, hacemos una cama para el pescado con parte de la salsa de tomate. Colocamos los lomos de merluza encima de la base de tomate y los salamos ligeramente.
Paso 3
Para esta receta podéis elegir langostinos o bien gambas. La preparación vale para los dos tipos de marisco, elegid dependiendo de la receta. A mí me gustan más los langostinos y os recomiendo que sean frescos. Si optáis por los congelados, dejad que se descongelen bien el día antes en la nevera para poder manipularlos al día siguiente.
Paso 4
Los pelamos, quitamos la cabeza y la cáscara que los protege. Comenzamos por la cabeza, que es la que más sabor tiene. Haciendo una simple rotación, la desprendemos fácilmente y la reservamos para freír o cocer, así conseguimos un buen fumet o caldo de marisco. Luego, desde la parte de abajo del vientre, donde están las patas, retiramos con las manos los distintos anillos o cáscara que recubren el cuerpo junto con las patas.
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